CAPÍTULO 22: AVERIGUAR QUIÉN LOS OBSERVABA.

El grupo, sintiendo la tensión en el aire, se miró entre sí. La inquietud de José María y Víctor resonaba en todos, pero había algo en su interior que les decía que no podían rendirse tan fácilmente. La búsqueda del libro mágico era demasiado importante.
“¿Y si averiguamos quién nos está observando?” propuso Tatiana, su voz llena de determinación. “Tal vez sea solo nuestra imaginación, pero si hay alguien aquí, necesitamos saberlo.”
“Estoy de acuerdo,” dijo Ámbar, sintiendo que su instinto cauteloso podía ser útil en esta situación. “Si nos mantenemos juntos, tal vez podamos enfrentar lo que sea que esté allí.”
Con un asentimiento general, el grupo se levantó y se acercó a la sección de libros más oscura, donde la luz apenas llegaba. La sensación de ser observados se intensificó, pero la curiosidad y la valentía los impulsaron a seguir adelante.
 
Encendieron todas las luces, buscaron por todas partes y no encontraron nada, ni a nadie…
La búsqueda del libro se extendió por semanas, tras leer y hojear libros, todos los intentos de hallar fueron en vano. El libro de los deseos, no estaba.
Tal vez alguien más ya lo encontró y lo llevó – comentó Ruth, también abatida como sus amigos, por no hallar el preciado libro. La pesadumbre que ahondaba el ambiente los acompañó hasta la puerta de la biblioteca.
 
 
FIN


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