Tanta fue la emoción que todos querían leer el libro, al fin se pusieron de acuerdo, lo leyó Luana, con la escucha atenta de todo el grupo; el libro contenía muchos secretos y un mundo de maravillas, cada estudiante comenzó a pedir un deseo y se le concedía inmediatamente… cuando fue el turno de Víctor; pidió su deseo, el libro comenzó a gritarle:
¡Despierta! ¡Despierta!... era el maestro regañándolo por haberse quedado dormido en clases…
Toda la aventura fue solo un fantástico sueño.
FIN
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