El grupo, lleno de emoción ante la apertura de la puerta, se adentró en el pasillo oscuro. Al cruzar el umbral, el aire se volvió más fresco y un sutil olor a humedad los envolvió. Continuaron caminando y pronto se encontraron ante otra serie de estantes, cada una con cientos de libros.
Lisandro, sintiendo la intriga del lugar, tomó la iniciativa. “Deberíamos buscar algún pasadizo secreto entre los estantes de libros. Quizás así podremos descubrir pistas sobre lo que está buscando.”
“Buena idea,” dijo Ruth, animada. “Podemos buscar cada uno en diferentes estantes y mantenernos cerca por si encontramos algo interesante.”
“Me parece bien,” agregó Ámbar. “Esto es una aventura, ¡y cuantas más cosas descubramos, mejor!”
“¡Comencemos!” dijo Edgar. Yo leeré la sección de libros de matemáticas insinuó José María.
“Yo Ciencias Sociales,” dijo Thiago. “Tal vez encuentre algún mapa de algún tesoro”
Los demás ya se encontraban sumidos entre libros, leyendo los títulos, los que ya les daba indicios de lo que trata el libro.
Mientras examinaban, Ámbar encontró un libro abierto que contenía una lista de lugares ocultos. “¡Chicos, miren esto!” exclamó mientras señalaba el mapa.
Para continuar con la aventura, haz clic en una opción:
¿Acercarse a Ámbar y ver lo que ha descubierto? (Ir a capítulo 13).
Continuar buscando el libro mágico, que es lo que fueron a buscar. (Ir a capítulo 17)
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